viernes, 6 de enero de 2017

Las primeras huellas

Buenas noches cachorrillos y cachorrillas!

Feliz año 2017 y espero que hayáis pasado unas fiestas inmejorables - O no, así siempre hay emoción para el año que viene - y tengáis vuestros propósitos de año nuevo bien a mano para llevarlos a cabo.

Estas han sido las segundas navidades que pasamos juntas Lía y yo y no ha podido ser más entretenido, la verdad. Era digno de ver cómo rompía el papel de sus regalos y es que tras tanto tiempo sin que rompiese nada, se me ha hecho extraño hasta verle romper el papel porque, como dije anteriormente, los cachorros rompen en algún que otro momento, y eso me lleva a retomar de nuevo cómo fue mi experiencia con la peluda de Lía.

Por aquella época yo estaba pasándolo un poco mal por razones variadas a más no poder. Anteriormente estuve trabajando para una familia que tenía unos problemas con sus perros pero la cosa no andaba demasiado bien en el campo del adiestramiento canino. Unos meses después me llamaron para decirme que habían tenido cachorros y si quería uno. Hacía cosa de medio año que había fallecido Toto, otro perro que tuve, a sus 16 años por problemas del corazón y al principio no me mostré muy segura pero ¿Por qué no?

Cuando trajimos a Toto a casa, yo tenía seis años y apenas recordaba para entonces qué era lo que un cachorro necesitaba y por eso me pilló un poco desprevenida con Lía. Digamos que estamos saturados de información sobre cuidados, alimentación, golosinas y otros items para perros, gatos y mascotas que nos llaman más la atención a nosotros, que a ellos, y evidentemente mi primera pregunta fue ¿Qué pienso comprar? Me saturaron las marcas ya que hay una gran cantidad de ellas con sus muchos beneficios y lo curioso es, que nos llama más la atención a nosotros toda esa publicidad de lo que jamás hará con nuestras mascotas y es que, da igual cómo sea el empaquetado, que si el sabor no les agrada a ellas, va a ser que no. Por supuesto no hay una fórmula mágica, cada animal tiene sus propios gustos y a mi esto me llevó de cabeza.

Traje a Lía a casa en un viaje de coche de dos horas con una bolsa de pienso de medio kilo más o menos, de lo que le habían estado dando para que dejase la leche materna y pasase a comer por su cuenta, pero claro, ese pienso habría que cambiárselo tarde o temprano, decir que probé de todo es quedarme corta y es que la señorita es un tanto exquisita y hasta que no dí con el sabor que le gustaba me comí bastante la cabeza, eso, sin contar con que a veces el sabor no lo es todo, el tamaño o la textura de la croqueta también pueden ser cruciales a la hora de que nuestro amigo peludo le dé el visto bueno.

Como consejo, además del sabor, si tenéis dudas sobre lo mejor para vuestro perro, es acudir a un veterinario, quién no solo va a vacunar o tratar enfermedades o heridas que pueda tener tu mascota, si no que te puede consejar sabiamente sobre lo que le puede sentar bien a nivel físico, de costumbres, o incluso sobre comportamiento y educación, pilares muy importantes que te serán de mucha ayuda durante el resto de vuestra vida juntos.

Y hasta aquí por hoy cachorrillos, hasta la próxima.

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