jueves, 15 de diciembre de 2016

Un cachorro por Navidad

¡Buenas noches, Cachorrillos y Cachorrillas!

Se acercan las fiestas navideñas y para aquellos amantes de los animales ronda en las cabezas la idea de regalar un cachorro. Aun me sorprende que con la cantidad de información que existe sobre abandonos de perro en verano y justo después de las navidades, la gente se plantee esto como algo viable. Hablando de cifras, durante las navidades se llegan a reportar unos doscientos cincuenta casos para mediados de enero, cifras que en general correspondería a las denuncias totales de un mes completo. Me parece todo un escándalo que más de la mitad de las mascotas que se adquieren por estas fechas (Ya sean compradas o adoptadas) terminen en la calle porque incluso aquellos perros que han sido adoptados es común que tras la novedad de las fiestas, sean devueltos y el simple hecho de que sea común, a mi, me da vergüenza.



Un cachorro no es un juguete, ningún ser vivo debería ser considerado como tal, si no que es una responsabilidad. Un cachorro no son todo alegrías, hay que invertir mucho tiempo y dinero en ellos, dedicarles una buena educación para que no nos de problemas en el futuro, asegurarnos de que su salud, incluyendo las vacunas, estén en orden, y cuidados diarios: Paseos, higiene, una buena alimentación, en casos de algunos perros cepillado... Por no mencionar que no se trata únicamente de algo temporal, son cuidados que habrá que dar a nuestra mascota el resto de su vida, que puede ir perfectamente hasta unos 16 años (Algunos más y otros menos dependiendo de las características del perro)

A estas alturas os estaréis dando cuenta de que me centro solo en perros pero ¿Qué pasa con el resto de mascotas? En general y en estas fechas, exactamente lo mismo. No voy a hablar mucho de gatos en este blog, pero quizás con ellos llegue a ser algo más complicado porque hay muchos casos de abandonos de gatos que ni se denuncian y estos viven en la calle por el resto de sus vidas. No hay que olvidar que cualquier animal crece y todos los cachorros tienden a romper, igual que los perros necesitan morder y te darán algún que otro disgusto, los gatos harán lo mismo con sus zarpas - Que se lo digan a mi antiguo sofá - y esto no es culpa suya, si no nuestra, porque cuando incluimos un animal en nuestra familia nos informamos muy poco sobre este tipo de "inconvenientes" y luego pasa lo que pasa. 

Hablando de destrozos hace poco hicimos obras en mi casa para reparar los que Lia se encargó de hacer en sus primeros meses de vida, para que os hagáis una idea hemos tenido que cambiar unas seis paredes de la casa a las que había arrancado el papel y de las que intentaba comerse el yeso. Actualmente Lia es una perra excepcional para mi, no rompe nada, por supuesto, ya que ha crecido y es adulta, pero es que además tiene una paciencia infinita la cual muchas veces me gustaría tener a mi, sobretodo con mis sobrinos, porque si a mi me metiesen la mano en la boca o tirasen del pelo sin cansarse durante horas, un gruñido como mínimo les habría soltado. Pero hablando en serio, los cachorros hacen cosas de cachorros y tal vez sea la pata de una mesa, de un armario, cables - A pesar del riesgo que esto supone para ellos - ropa, bolsos, zapatos... Pero alguna vez, lo harán y depende de nosotros corregirlos de la manera adecuada para que se conviertan en unos compañeros excepcionales y no destructivos.

Así que cachorrillos, ya sabéis, si os estáis planteando tener un nuevo miembro más en la familia, uno peludo, alegre y juguetón, antes de comprar o adoptar, buscad siempre información antes, sobre su educación, sobre como son los primeros meses de un cachorro en casa, los gastos que un perro conlleva y pensad también que crecen, pensad en su tamaño y peso adulto ya que a lo mejor ese bonito Pastor Alemán que te gusta es demasiado grande para tu apartamento. Estamos hablando de animales así que por favor, a la hora de tener un perro, pensadlo muy bien.

Os deseo unas felices fiestas y, hasta la próxima, cachorrillos.

martes, 29 de noviembre de 2016

Una bola de pelo muy especial

Nada me sienta mejor que un paseo bajo la lluvia, cuando las calles de Madrid se encuentran sumidas en la oscuridad de la noche, al mismo tiempo violada por las farolas que iluminan la ciudad. En estos días lluviosos es cuando más hecho de menos las noches de verano en el campo, donde al salir a la calle tras la puesta de sol podías apreciar completamente el firmamento y tomarte un tiempo para reflexionar. Los motores de los coches desaparecían y en su lugar se podían escuchar algunos grillos e incluso el ulular de los búhos.

Para ser una chica de ciudad, a la que le gusta pasar tiempo en el centro, disfrutando de todas las comodidades que eso implica, me sorprendo últimamente pensando mucho en la sierra de Madrid, lugar en el que veraneo y que hasta hacía unos años, odiaba con todas mis fuerzas. ¿Qué ha cambiado? Pues para ser realistas, he cambiado yo.

¿Quién eres? Imagino que a cualquiera que se le haga esa pregunta tenderá a responder con su nombre y quizás con su apellido. Lo cierto es que no creo que quienes seamos esté ligado a un conjunto de palabras si no más bien a un conjunto de vivencias. Quiénes somos viene definido por quiénes nos conocen, con quiénes nos hemos relacionado, a quiénes queremos, a quiénes admiramos, por que nosotros, nuestros gustos, nuestros sueños, aspiraciones, miedos, absolutamente toda nuestra identidad es única por nuestro pasado. 

Y retomando el tema sobre el campo quizás os preguntéis qué es lo que cambió para mi, pues bien, su nombre es Lía y a día de hoy tiene dos años y seis meses. Ella es quizás, la que más ha influido en mi los últimos años. Sí, incluso a mi me sorprende que un perro, una preciosa Golden Retriever, pueda cambiar mi vida de arriba a abajo, pero lo ha hecho y estoy segura de que seguirá haciéndolo el tiempo que pasemos juntas. Si queréis saber cómo, os invito a acompañarnos en este Blog donde habrá nuevo contenido cada semana. 

Hasta la próxima, cachorrillos.